I am the champion of the Ninjas

Cuando pensamos en un ninja normalmente pensamos en su caracterización mas romantizada. Una especia de one man army, un John Rambo de las sombras, que con sus habilidades milenarias y secretas es capaz de derrotar a los más grandes escuadrones. Este fue, y sigue siendo, una de las maneras más populares de ver a un ninja, el cual le dio grande atributos para lograr un personaje de videojuegos ideal y lleno de acción.
Uno de los juegos más conocidos de la época de la NES es Ryu Hayabusa, de la serie Ninja Gaiden, pero en esta ocasión vamos a ver una entrega no tan conocida por muchos. Analizaremos el juego Shadow of the Ninja, desarrollado por Natsume y lanzado en el año 1990.
Los robots dominaron la tierra

Situándonos en un futuro distópico, en el lejano año… 2029, el malvado emperador Garuda ha tomado control de los Estados Unidos de América con ayuda de su ejército de robots y humanos robóticamente modificados. Ahí es cuando dos maestros del clan ninja Iga, Hayate y Kaede, son enviados a infiltrarse en la base del dictador para encontrarlo y asesinarlo.
La historia es concisa y efectiva. Representada al inicio del juego con una cutscene, ya nos plantea la problemática y la motivación.
Un futuro oscuro con buena música

En el apartado gráfico no hay mucho más que aportar de lo que vemos, con una paleta oscura y simple. El diseño de los escenarios llega a ser algo monotono, con algunas zonas parecidas a Contra. Al final del juego se logra ver mas entusiasmo y elaboración en el apartado gráfico. El juego se rescata por sus cutscenes muy bien elaboradas donde veremos al principio la historia que nos plantean y el final.
La música es excelente. Excelentemente orquestada compuesta por Iku Mizutani y Kouichi Yamanishi, sabe evocar la acción y urgencia dentro de cada nivel, como también el dramatismo y el ambiente post apocalíptico que nos ofrece esta joya.
Colgados de los techos y lanzando shuriken
Comenzaremos la partida pudiendo elegir cualquier de estos personajes, los cuales se controlan exactamente igual, la única diferencia dentro del juego es el color con el cual lo identificaremos. Dentro de su abanico de habilidades podremos atacar con nuestra espada, agacharnos y trepar por los techos.

No solo tendremos la espada a nuestra disposición para acabar con nuestros enemigos, a lo largo de los 16 niveles encontraremos varios power-ups que nos mejoraran nuestra espada lanzando una onda de choque, también obtendremos una cadena que podrá atacar en varias direcciones y a mayor distancia, como también shurikens y bombas, que estos últimos serán limitados.
Nos encontraremos a varios jefes repartidos durante los niveles y sub jefes también, planteándonos un desafío variable. El juego se destaca también por su dificultad, con grandes hordas de enemigos con distintos patrones de ataques, trampas mortales y caídas al vacío, teniendo solo una vida y 5 continues que deberemos proteger para avanzar.

Contaremos con una barra de salud, que al descargarse perderemos una vida y tendremos que comenzar el nivel nuevamente, pero si se nos acaban los continues, debemos empezar todo de nuevo.
Al principio se puede hacer algo difícil, con algunos picos de dificultad en algunos niveles y zonas dentro de estos que algunos podrían llamar injustos. Una variedad aceptable de modalidades de ataque y multijugador simultaneo. Me hubiera gustado una variación entre personajes, más allá del cambio de paleta de los sprites.